Carta de Pascua 2025
Si hoy escuchas su voz, no endurezcas tu corazón. Salmo 95:7-8
Hermanos y hermanas, vivimos en tiempos de grandes desafíos: violencia, pérdida de valores, incertidumbre económica, falta de caridad, problemas de salud mental, ansiedad, depresión, cambios climáticos, contaminación y daño ecológico, familiares o amigos sin documentación propia y el miedo que hay en ellos. Todo esto es signo de un mundo que se aleja cada vez más de Dios, mostrando el vacío en el corazón humano cuando falta su presencia. En este tiempo de Cuaresma, se nos invita a hacer una pausa, reflexionar y regresar al Señor. Es un tiempo para reconocer nuestra necesidad de su amor y misericordia, permitiendo que Él renueve nuestras vidas y nos guíe hacia la verdadera paz.
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La Pascua del Señor nos invita este año a un camino muy especial: el Jubileo 2025, un tiempo de gracia y renovación espiritual para toda la Iglesia. El Papa Francisco nos ha llamado a vivir este año jubilar bajo el lema: "Peregrinos de la Esperanza." Como peregrinos, avanzamos en la vida con la certeza de que Cristo Resucitado va delante de nosotros y nos llama a confiar plenamente en su amor.
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Cuando planificamos un viaje, pensamos en el destino, los preparativos, el itinerario y los acompañantes. Este Año Jubilar es un viaje espiritual en el que Dios nos invita a redescubrir la alegría del Evangelio. Nos llama a fortalecer nuestra fe, renovar nuestra esperanza y vivir con mayor caridad. Pero para ello, debemos abrir nuestro corazón a su voz, dejar atrás lo que nos detiene y acoger la novedad del Resucitado.
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La Cuaresma es un tiempo de conversión, una pausa en nuestro camino para mirar dentro de nosotros mismos y renovar nuestra relación con Dios. Ahora, en la Pascua, se nos invita a salir de nuestros miedos y seguridades para abrazar la vida nueva que Cristo nos ofrece. ¡El Señor ha resucitado! Y con Él, todo nuestro ser es llamado a levantarse y caminar en la luz. Somos llamados a ser discípulos de esperanza en tiempos en los que Dios es removido de las vidas de las personas, lo que ha resultado en un mundo marcado por la violencia y la indiferencia. Al escuchar su voz, no endurezcamos el corazón, para que podamos hacer presente el Reino de Dios: un reino de paz y justicia; de amor y compasión; de acompañamiento y comunidad.
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Durante esta travesía espiritual, hemos experimentado momentos de gracia en nuestra comunidad: tiempos de reconciliación, oración y encuentros con Dios. Sigamos caminando juntos en este Año Jubilar, participando activamente en las celebraciones, peregrinaciones y obras de misericordia que nos ayuden a crecer en santidad.
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En este tiempo de esperanza, los invito a ser testigos vivos de la Resurrección en sus hogares, trabajos y comunidades. Que el amor de Cristo transforme nuestras vidas e inspire nuestra generosidad con la parroquia, colaborando según nuestras posibilidades para sostener su misión evangelizadora.
Como comunidad, somos conscientes de los desafíos económicos que muchas familias enfrentan, pero también sabemos que la generosidad es una semilla de bendición. Por ello, los invitamos a participar en nuestra Exhortación de Pascua, contribuyendo con una donación especial de $150 por familia (DONAR Online), o según sus posibilidades. Su apoyo permite que nuestra parroquia continúe ofreciendo programas espirituales, sacramentos y ayuda a quienes más lo necesitan. Asimismo, si cada familia se comprometiera a dar una ofrenda dominical de $15-20, podríamos seguir fortaleciendo nuestra comunidad de fe.
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Que en esta Pascua, la Virgen María, Madre de la Esperanza, nos guíe en este camino jubilar para vivir con corazón renovado la alegría del Evangelio y la certeza de que el Señor camina con nosotros.
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¡Feliz Pascua de Resurrección!
Padre Sergio de la Torre - Carrillo
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